13 junio 2012

Cosas de locos

Un poco con retraso, pero bueno, eran muchas fotos a retocar (solo un poquito). A continuación un pequeño reportaje fotográfico sobre el psiquiátrico (sí, era un psiquiátrico por lo visto y no un mero hospital) abandonado de La Barranca, cerca de Navacerrada.

Un día de un mes, no hace mucho, cogimos un par de linternas y mi cámara y nos aventuramos a través de las numerosas plantas y salas de los dos edificios. El resultado fueron unas cuantas fotos para el recuerdo y un largo rato de intriga y, en algunos puntos críticos, bastante canguelo (sobretodo cuando se cayó una madera detrás de nosotros que casi nos hace salir corriendo, ¿verdad, Sara?).


Este era el aspecto de la zona por fuera. Montones de escombros por todos lados, entre otras cosas como cubos o matojos enormes de cables que salían de la tierra... vete tu a saber desde dónde...


Esta sala estaba en una caseta aparte, cerca del hospital. Por esas escaleritas se bajaba a un sótano completamente inundado de agua que quizá tenía algo que ver con las calderas.


Había graffitis por todos lados, algunos bastante chulos. Se podía ver el exterior a través de unas ventanas con rejas de metal o de unos agujeros rollo ojo de buey como este, lo cual daba una sensación de opresión muy chunga. No creo que a los señores locos que un día vivieron aquí les ayudase mucho eso...


En muchas plantas el suelo estaba lleno de cagadas de vaca, lo que nos hizo suponer que el ganado debía de entrar aquí a resguardarse de la lluvia... o de algo. Mi mayor temor era encontrarnos una vaca a la vuelta de la esquina, dentro de alguna habitación, callada y mirándonos fijamente. Siniestro.

Pasando entre el bidón y la pared se llegaba a la última planta que daba al tejado. Era una sala gigantesca y oscura con un montón de columnas, muy profunda. No alcancé a ver el fondo. En cuanto entré pensé que era el sitio ideal para albergar un pequeño grupito de zombies de Soy Leyenda, de esos que se quedan en la oscuridad en silencio hasta que se va el sol y que no te das ni cuenta de que están hasta que ¡PLAS!, les iluminas con la linterna.


En el tejado tiraba el aire que no veas. Fue sorprendentemente fácil encaramarnos a lo más alto, desde donde pudimos disfrutar de unas espectaculares vistas de la sierra (y de una hermosa caída también) en el silencio más absoluto.


Este era el aspecto general de las plantas principales. Espacios enormes vacíos en los que oías el eco de tus pasos (y ruiditos extraños en la lejanía). A la izquierda grandes ventanales, todos rotos. Lo verdaderamente chungo nos esperaba unos cuantos pisos más abajo...


Las escaleritas, con su pasamanos de ladrillo puro. Bajando por ellas vivimos momentos tensos, según encendíamos las linternas para adentrarnos en la oscuridad total de los sótanos. Había millones de plantas, yo perdí la cuenta, pero debían de ser unas 5 ó 6 normales más 3 ó 4 de sótanos, 1 de buhardilla y 1 de ático.


Solo era posible sacar fotos con flash, apuntando hacia la nada y esperando que saliese algo, porque no se veía un pijo. Hay que ser un poco rarito para bajar hasta aquí a montarse una fiesta... Quizá para mi cumple...


Las pintadas en estas zonas no molaban nada de nada. No me inspiraban nada de confianza. Muchas alusiones a Satán y a la muerte. También advertencias sobre lo que nos podíamos encontrar ("No vayas por aquí", "No subas", "No bajes", "Vais a morir") y velas, muchas velas.


Esto debían de ser las cocinas o las duchas... por los azulejos de las paredes. Esta zona estaba bien iluminada y era fácil relajarse y pararse a contemplar un ratillo los graffitis... pero tampoco mucho. Había mucho que ver y tampoco nos apetecía quedarnos en el mismo sitio esperando a que pasase "algo".


Una vez visto el hospital como tal, nos acercamos al lugar donde parecía que tenían a los enfermos de verdad (lo que realmente tenía aspecto de manicomio). Era un edificio no muy grande con un montón de plantas, cada una de ellas con unas cuantas habitaciones a ambos lados de un largo pasillo. Algunas habitaciones conservaban aún su número. Nos quedó claro que se trataba de un loquero después de visitar la habitación de los clavos: una pequeña sala con clavos clavados a la pared (supongo que se trataba de la habitación acolchada donde metían a los hiperlocos).

La habitación quemada (arriba detalle de la pared) parecía sacada de Silent Hill (en realidad más bien todo el complejo). Paredes, techo y suelo estaban completamente quemados y empapelados con recortes y notas que no nos quisimos parar a leer. En medio de la sala había además una mesa y una silla, cochambrosas. 


Pero personalmente, yo me quedo con la habitación de las manos rojas. La foto lo dice todo. A mi es la que más yuyu me dió... A veces, en algunos lugares, tengo la sensación de notar como una especie de presencia... y ahí me pasó (quizá era la presencia cercana de Mikel, Javier y Sara, quién sabe).  


En fin, fue toda una aventura que me encantaría repetir, con más tiempo y dedicación, porque hubo muchas partes a las que no llegamos que seguro que son dignas de ver (y encima me quedé sin batería en la cámara). Pero nada de volver por la noche, que ahí se mete gente muy rarita, a hacer cosas raritas. Por cierto, he leido un poco sobre el sitio y al parecer cuenta la leyenda que en épocas pretéritas varias personas se suicidaron en el lugar. Además, no son pocos los testimonios que afirman haber visto figuras alli, como niños y ancianas que se aparecen en mitad de la noche, sigilosas. Nice.


¡Nos lo pasamos de MUERTE!

10 comentarios:

  1. Que mania con lo de Javier

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  2. ¿porque te ries maldita?

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  3. No sabes quien soy...pone anonimo...

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  4. ¿Quién iba a quejarse de que le llamasen Javier, salvo a un Javier? ¬¬

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  5. Bonitas fotos; el lugar trasmite toda la paz de la Sierra...

    Por cierto, ¿cuál es la diferencia entre manicomio y psiquiátrico?

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  6. Pues yo creía que psiquiátrico era para los que estaban un poco mal y manicomio para los locos locos, de los de atar, pero por tu pregunta... ¿debo intuir que es lo mismo? Jajaja.

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  7. No; pregunto "objetivamente", no por querer corregirte o quedar bien...

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  8. Don´t worry, ya está corregido, jiji.

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